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Santa Fe
Gobiernos locales fuertes, Estado sólido: institucionalizar la formación para transformar
En tiempos en que la legitimidad y el alcance del Estado están en disputa, y proliferan discursos que promueven su reducción o directamente su desmantelamiento, es fundamental volver la mirada hacia lo local.
Lejos de los debates abstractos y las grandes narrativas ideológicas, el vínculo más tangible que las personas establecen con el Estado ocurre en el ámbito municipal y comunal. Allí, en la proximidad de los gobiernos locales, se define buena parte de la percepción social sobre la eficacia estatal, la equidad territorial y la posibilidad concreta de acceder a derechos y servicios esenciales. La profesionalización del empleo público en municipios y comunas de la provincia de Santa Fe debe ser entendida no solo como una necesidad técnica, sino como una apuesta política estratégica. En contextos marcados por la desconfianza social hacia la política y la fragilidad estructural del aparato estatal, invertir en capacidades públicas locales es apostar por un Estado más transparente, competente y democrático. Este desafío no parte de cero. Contamos con experiencias significativas en el territorio provincial que dan cuenta de una visión sostenida en el tiempo. La ciudad de Rafaela, con su Instituto de Capacitación y Estudios para el Desarrollo Local (ICEDeL), viene desarrollando una política de formación continua con apoyo gremial y respaldo institucional. Rosario, por su parte, ha consolidado la Escuela Superior de Administración Municipal (ESAM), una iniciativa que articula formación presencial y virtual con una planificación estratégica orientada a la mejora continua de la gestión pública. Estas experiencias encuentran eco en debates internacionales. El X Encuentro de Escuelas e Institutos de Administración Pública del CLAD, realizado en Lima en octubre de 2024, reafirmó varios consensos que hoy deben ser retomados con decisión. Entre ellos, se destacó la necesidad de modernizar la oferta formativa, incorporar temáticas emergentes como inteligencia artificial, sostenibilidad y analítica de datos, y avanzar en esquemas colaborativos entre instituciones de distintos niveles y países. Además, se remarcó la urgencia de reducir las brechas territoriales en el acceso a la formación pública. En contextos como el de Santa Fe, donde conviven 365 gobiernos locales con realidades administrativas muy diversas, parece razonable imaginar formatos organizativos capaces de integrar esfuerzos. La creación de instancias de formación compartidas por municipios y comunas de una misma región —con criterios de cercanía geográfica o funcional— aparece como una vía posible para optimizar recursos, compartir saberes, reducir costos y ampliar el acceso. Estas iniciativas colaborativas permitirían no solo mejorar la eficiencia del sistema de formación pública, sino también generar una cultura de cooperación entre gobiernos locales, trascendiendo diferencias políticas y desigualdades estructurales. En definitiva, abrirían una oportunidad para democratizar el acceso a la capacitación, elevar los estándares de calidad y fortalecer la institucionalidad del empleo público en todo el territorio provincial. Claro que esto no puede limitarse a ofrecer cursos. Se trata de instalar una nueva lógica en la gestión del conocimiento público: una lógica que reconozca a la formación como parte esencial de la institucionalidad democrática, que la separe del cortoplacismo político y la ubique como una función permanente del Estado. Para eso, resulta clave construir una arquitectura organizativa sólida, con participación activa de los gremios, articulación con universidades y centros de investigación, y mecanismos constantes de evaluación y mejora. Solo así será posible consolidar una política pública de formación legítima, previsible y con vocación transformadora. Desde lo local no solo se gestionan servicios: también se construyen instituciones, se fortalece la ciudadanía y se cultiva una democracia efectiva. Institucionalizar la formación del personal público en municipios y comunas no es un lujo, es una condición indispensable para consolidar gobiernos más justos, eficaces y cercanos. En tiempos inciertos, cuando muchos dudan del valor del Estado, profesionalizarlo desde sus cimientos más próximos es una forma concreta de defenderlo. Es sembrar futuro: con más capacidades, más igualdad territorial y más confianza ciudadana en lo público.